lunes, 26 de marzo de 2012

Chachapoyas y su gastronomía


La capital de Amazonas, no es solo el ombligo o cordón umbilical para movilizarse a cualquiera de los lugares turísticos con que cuenta Amazonas. Chachapoyas no es solo bailes y festividades, es también su variada gastronomía que la hace para los que vivimos en ella como parte de nuestra existencia terrenal. Cada parte del país tiene sus peculiaridades culinarias, mi tierra también tiene lo suyo y espera una Mistura 2011 para que nuestros artistas de la cocina puedan mostrar al mundo sus delicias.

            Hay un dicho en mi ciudad, aquel que no come su purtumote saltado con su huevo, sus humitas, juanes, tamales, queso y de yapa su pan, no es chachapoyano. Y es verdad, es natural que desde las seis de la mañana en el mercado largas colas hagan nuestra gente para comprar estos aperitivos del desayuno. Nuestros tamales y juanes tienen un sabor único. Ni que decir del queso chetino o de molinopampa que cuando lo colocas dentro de la taza de café caliente se hace como chicle o dentro de una semita o de un pan de yema o de unos crocantes tucsiches
            Un punto aparte merece el pan, que es calificado como uno de los mejores a nivel nacional. Acá existen una serie de variedades: Popular, murón, de choclo, de maíz, mollete, semita, bizcocho. Cada uno de ellos tiene un sabor incomparable y muchos de ellos todavía con procesados en hornos a base de leña que lo hacen una delicia en la boca de cualquier mortal. El pan de Chachapoyas es enviado en encomiendas a diferentes partes del mundo, hay caprichos que se cubren enviando hasta Europa y los Estados Unidos. En San Martín, el pan desaparece en menos de lo que uno se imagina.
             Para el almuerzo, se cuenta con una variedad de sopas y de locros que uno da ganas de comes hasta que reviente. No se puede desconocer la delicia que es un locro de frejol con mote bara bara con su col, la de chochoca con su caransho reventado, de yuca con frejol verde, de frejol con papa, de huevos con su shilshil y si tenemos más gula, puede rematarlo con una cecina frita, deshilachada o ahumada, una carne enrollada o quizá un cuy chactao que se come hasta los huesos o quizá un buen plato de chicharrones y bajarlo con un buen trago de mora, de uva, poro poro o su chicha de jora y los más exquisitos con su chicha de arroz que es una bebida de los dioses en la tierra.
            Además en Chachapoyas dependiendo de la estación se prepara una serie de postres que ni Gastón Acurio puede desconocer su sabor, cuerpo y aroma, como es el dulce de Chiclayo, el dulce de higos, de frejol o nuestros turrones y alfeñiques. Es decir en la capital de Amazonas, tiene más de una razón para llevarse unos kilos de peso, un corazón agradecido por conocer una tierra bendita y una memoria para contar a sus amigos el valor de mi tierra, que no tiene precio ni comparación alguna.

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