Cuando uno recorre cada espacio de
este lugar y asocia una serie de sucesos acontecidos en el imperio incaico,
siente que el rostro de cada habitante, sus gestos y emociones son propios de
los mitimaes o bolsones de población que a la fuerza fueron sacados de su
terruño para satisfacer los caprichos de los incas, tal como sucede con
Huancas, Colcamar, Conila y hasta quizá la Jalca. El nombre mismo del lugar
Cochabamba, automáticamente nos traslada a Bolivia y los Aymaras, pero esto es
para los historiadores…
Media hora antes de Chuquibamba, un
letrero nos indica que hay una carretera que nos lleva a Cochabamba, que antes
a lomo de mula se llegaba en dos horas y media, hoy la distancia se acerca a
quince minutos en carro. La primera impresión que se siente, es que estamos en
una localidad que a fuerza de la conquista ibérica, la urbe se divide por
manzanas. Su plaza es un pampa verde que también se presta para la disputa de
los partidos de fútbol de fin de semana. En este damero también se ubica su rústica
iglesia, pero que tiene el privilegio se haber sido erigida sobre unas piedras
colosales que alguna vez formaron parte de una muralla inca.
Poblador de la zona |
Rápidamente fuimos objeto de
curiosidad de los pobladores, principalmente de sus autoridades, que al ver
nuestra camioneta se acercarnos para preguntar las razones de nuestra visita.
Como quien explicamos nuestra presencia, caminamos por el poblado para
identificar sus reliquias y vaya que son para sorprender al mundo.
LA PORTADA DEL INCA
De la plaza principal a menos de
cincuenta metros, cruzando un cerco vemos inmensas piedras tiradas en el suelo.
Son piedras bien talladas, que nuestro Teniente Gobernador Del Castillo, nos
dice que se cayeron en el terremoto del 70 y desde allí sigue enterrado y
tapado por la “champa”; pero se aprecia algunas columnas que pese a la intemperie
se mantiene incólume y desafiando al sol, la lluvia, el viento y la
indiferencia. Treinta metros más arriba, increíblemente se aprecia una puerta
más completa construida totalmente de piedra con una altura de tres metros
aproximadamente. Cada piedra es colosal que fácilmente podrían superar la
tonelada de peso alguna de ellas. Su estructura es muy parecida a la que se
encuentra en Huánuco y más distante a la denominada Puerta del Sol en Puno,
pero sí creo estar convencido que son incas y muestra evidente de la expansión
del tawantinsuyo.
Portada del sol que da acceso a los baños |
forma actual en que se encuentra otra portada que se cayó en los años 70 |
No tendrá la finesa del acabado de
otras portadas, pero impresiona la calidad de la obra. Las autoridades del
lugar, aseveran que sus abuelos les contaron que fueron los mismos talladores
del Cuzco que hicieron Macchu Picchu, construyeron esta portada para que el
inca pase temporadas en este lugar, reafirman y comprobaremos la razón de sus
fundamentos.
LOS BAÑOS DEL INCA
A cuarenta metros aproximadamente y a
línea recta de la portada, se avista una construcción extraordinaria, son unos
baños de dos metros de ancho por metro y medio de profundidad. Cuenta con un
canal de abastecimiento del agua y una zona de desfogue. Es hecha de piedra y
una de ellas es muy peculiar, tiene ocho ángulos, que solo se aprecia si tiene
ojos de periodista curioso. Está muy bien conservado, pero poco mantenido. SE
aprecia los hongos en las piedras, la yerba inclemente que obstruye los
canales. Pobladores del lugar piden al Ministerio de Cultura su apoyo con
capacitación y orientaciones sencillas para conservar el lugar. En ese ínterin,
mi mente divaga y retrocede en el tiempo. Me imagino a la portada y a sus
paredes complementarias. Veo a un inca gallardo que camina como ser divino
acompañado de su séquito rumbo a darse un baño que reconforte sus largas
caminatas o le de sosiego a sus pesares de monarca. Un baño que le inyecte
fuerzas para seguir su camino desde o hacia Caxamarca, a Kuélap y su residencia
en el Cuzco.
El baño del inca. |
Pero también hay otros baños, menos
esplendorosos, pero igual de asombrosos que eran para mujeres exclusivamente.
Estos baños se ubican en otra zona de Cochabamba. Se dice que eran para mujeres
por el tamaño de la estructura y porque en la parte del desaguadero del mismo,
está dibujado un corazón, que no se puede apreciar por la “champa” que tapa las
piedras. Todo este espacio, es plano y existe evidencias que alguna vez fue
cercado con murallas de piedra ya que este material se ve diseminado por todo el
pueblo, siendo algunas de ellas utilizadas para afilar los machetes o para
fortalecer sus cercos y otros, quizá la mayoría, escondida dentro de la maleza.
Según los pobladores sería los baños para mujeres |
ALGO MÁS QUE PIEDRAS
Acompañados de Manolo, Danilo y
Augusto que venimos de Chachapoyas, caminamos cinco minutos con los lugareños
para conocer la laguna que da el nombre al poblado. Está cubierta de totora, el
agua es notoria al alrededor de la laguna, dedujimos que Cochabamba, se debería
su nombre al agua y a la zona donde se erige este poblado: Cocha (agua) Bamba
(pampa) “Pampa de agua” o algo así.
Una señora que nos acompañaba miraba
a la laguna de “lejitos”. Yo le tengo miedo a la laguna, me dice. Me cuenta que
cuando era niña al tratar de cruzar la laguna, se formó un hoyo en sus pies y
si no fuera por su tío que le jaló de los pelos, ya no estaría viva. Todos los
que nos acompañaban dicen que era muy brava. Esta y como todas las lagunas
tienen sus historias. Presintiendo la bravura de la laguna, vimos como el cielo
se viste de negro y en menos de lo que uno se imagina cae una lluvia menudita
que nos hizo correr rumbo al pueblo; lo curioso es que dejó de llover a penas
corrimos como cincuenta metros.
La laguna Cochabamba |
Luego de un almuerzo hecho en olla de
barro y con unas papas sin insecticida,
100% natural, salimos rumbo a la plaza a conocer el templo por dentro. Este
templo tiene como base unas inmensas piedras, que son muestras tangibles como
es que se destruyeron las construcciones incas para construir la casa de la
evangelización, o quizá, se construyó sobre los restos de muros prehispánicos.
El Cristo redentor y la fachada del templo |
El altar mayor del templo es muy
corriente, es totalmente opuesto a la belleza del altar en Chuquibamba. Tres imágenes
adornan este altar, pero lo que resalta por su increíble belleza es el cristo
crucificado, que en Cochabamba lo llaman el “Señor de Los Milagros” y lo
veneran en octubre. Es una imagen extraordinaria y hecha totalmente en madera.
Tiene unos acabados artísticos que a la primera impresión hace que
figurativamente estemos en el mismo momento de la muerte de Cristo.
Maravilloso, extraordinario, genial, sobre natural.
Lo llaman en el lugar "Señor de los Milagros" |
Con los golpes de lluvia sobre la
calamina y la amenaza de un fuerte temporal, salimos de Cochabamba rumbo a
Chuquibamba para descansar. Antes de quedarme shutito por el aguacero, recorro
con la mirada el poblado y vuelvo a ver en mi imaginación a decenas de mujeres
hermosas que caminan a su residencia, a guerreros que custodian las portadas,
al inca marcado por el orgullo de haber escogido a este lugar como su refugio
temporal.
Me alejo de esta fantasía y me acerco
a mi realidad donde todavía los amazonenses, tenemos mucho por descubrir y por
conservar los legados del pasado que nos proyectará al futuro lleno de
esperanzas y sueños.
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